Parto esta editorial con la emoción de haber inscrito nuestro pacto de primarias, con el objetivo de ser la opción que, de cara a las elecciones presidenciales, encabece un nuevo gobierno progresista, con mirada de futuro.
El Día del Trabajador es una oportunidad para detenernos y mirar, con respeto y convicción, a quienes mueven a Chile: las trabajadoras y trabajadores. Quienes construyen nuestras ciudades, cuidan a nuestras familias, y sostienen con su esfuerzo diario lo que llamamos vida en común.
Chile se ha levantado sobre el trabajo. No sobre la especulación financiera, no sobre la acumulación sin límites, sino sobre las manos que tendieron rieles, cavaron túneles, alzaron barrios. Y sin embargo, por décadas, el mundo del trabajo fue invisibilizado. Se debilitó la sindicalización, se fragmentaron las condiciones laborales, y se instaló la idea de que los derechos laborales eran un obstáculo para el crecimiento. Nosotros pensamos exactamente lo contrario.
Nuestra candidatura pone al trabajo en el centro. Y cuando decimos trabajo, hablamos también de los cuidados, del empleo informal, de las juventudes que no encuentran oportunidades, y de las mujeres que siguen enfrentando discriminación estructural. No basta con generar empleos: debemos generar buenos empleos, con derechos, con condiciones dignas y con proyección de futuro.
Por eso hemos propuesto una Agencia Nacional de Empleo, que permita articular de forma efectiva las necesidades del mercado laboral con las capacidades de las personas. Esta agencia tendrá tres ejes prioritarios: aumentar la participación de las mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados, como la construcción y las obras públicas; formar técnicos en electromovilidad y nuevas tecnologías; y cerrar la brecha de habilidades digitales que sigue dejando a miles atrás.
También creemos que es hora de avanzar hacia una reforma profunda del sistema de formación técnica, que permita que nuestros liceos y centros de formación respondan a los desafíos productivos del país, sin dejar de formar ciudadanía crítica y comprometida. La empleabilidad debe dejar de ser una promesa vacía.
Reafirmamos, además, nuestro compromiso con la negociación ramal. Porque no puede ser que los trabajadores de una misma empresa, que cumplen las mismas funciones, tengan condiciones salariales completamente distintas según el lugar en que vivan o el tamaño del sindicato al que pertenecen. La fuerza de los trabajadores está en su unidad, y nuestra tarea es fortalecerla.
Militantes, compañeras y compañeros: este 1° de mayo no es un punto de llegada, es un punto de partida. Estamos comenzando una campaña presidencial con la responsabilidad de ofrecerle al país un proyecto de transformaciones profundas, y el mundo del trabajo estará en su corazón. Las y los invito a llevar esta conversación a los sindicatos, a los comités de vivienda, a las ferias, a las asambleas territoriales. Que Chile sepa que hay una candidatura que no solo reconoce el trabajo, sino que se compromete con cambiar sus condiciones.
Mi reconocimiento a las manos que construyeron puentes, carreteras y ciudades. Con ese legado, vamos a construir el futuro.
Gonzalo Winter